Los cierres al rio Atrato, principio del atraso del Chocó


Desandando la historia  

Por : Gonzalo Díaz Cañadas
Una de las tantas causas atribuidas al atraso del departamento del Chocó, fuera del clima, su aislamiento, topografía, e incluso la “pereza” del negro chocoano, etc. están ligada a diversos acontecimientos históricos vitales de conocer para el  análisis en contexto de la compleja  problemática que agobia al Chocò.

Uno de ellos es que el poblamiento llegó tarde con relación a otras zonas del país. Acá solo se pudo emprender a partir de 1668 cuando el gobierno Colonial pudo someter y “pacificar” a los indios “chococoes” (citaraes, noanamaes y chancos), demora que impidió la rápida ocupación de la región por parte de los primeros colonos[1].

El mapa de asentamientos muestra a los payaneses instalados en la cuenca del  rio San Juan y a los antioqueños y costeños en la del Atrato. La reducción de los indios permitió la introducción de las primeras cuadrillas de esclavos para el trabajo en las minas, dando inicio a casi dos siglos de explotación  del oro y saqueo de la región a costa del sudor de la sangre esclava traída secuestrada de África y que finalmente se asentó en toda la cuenca del Pacifico.

Toneladas de oro que permitieron el sostenimiento y progreso de regiones como Popayán que adquiere su máximo esplendor en el siglo XVII y Antioquia, Santafé de Bogotá entre otras se lucraban y dependían  de lo que acá produjeran sus minas,

Otro factor adverso para el Chocó particularmente de la zona del Atrato, lo constituyó el cierre de este río , considerado el rio madre por donde entró el proceso de conquista y la colonia, con el propósito de la corona española  frenar el contrabando e ingreso de flotillas de otros países, ingleses y escoceses, holandeses, que atraídos por la fiebre del oro competían por explotar, estas agretes tierras y de igual manera las utilizaban como ruta para el tráfico de mercancías hacia Ecuador y el Perú.

El rio Atrato con sus 750 kilómetros de longitud,   ha sido vital en la vida del Chocó, por aquí ha llegado de todo, desde la  conquista, la colonia, conquistadores y exploradores en busca del dorado, contrabandistas, piratas y más recientemente el conflicto colombiano con su guerra y desplazamiento, obligando incluso a su cierre, haciendo alusión a su raíz indígena, Atrato-no trata, cerrado al trato.
Fueron varios los cierres que se ordenaron en la época colonial.

En 1698 se cerró la navegación por esta vía fluvial, castigando incluso con pena de muerte a quienes desobedecieran la Real Cédula que reglamentaba dicha prohibición[2].


El cierre del Atrato en 1698 afectó muy fuertemente a la gobernación del Chocó y a los habitantes españoles de las provincias de Nóvita y Citará. Esta medida implicó Serias dificultades en el abastecimiento de herramientas para el trabajo en las minas.
Así mismo, la llegada de alimentos y bienes para los habitantes se vio afectada, tanto que, según Moreno y Escandón, estos tuvieron que “mantenerse con el cuero de las petacas”[3]

Finalmente en 1784 se reabrió la navegación por el río Atrato[4], aun cuando ya no había mucho que hacer frente a la crisis económica en la que se encontraban las provincias de Nóvita y Citará. Los problemas que tuvieron la administración central colonial, las autoridades locales y los pobladores de origen español para controlar la parte baja del río Atrato y las medidas que se tomaron frente a esos inconvenientes, demuestran la permanente necesidad de controlar este espacio estratégico. La capacidad de controlar el bajo Atrato significaba, por una parte, una forma de evitar las incursiones extranjeras y proteger los dominios de España en América. Por otra parte, el control de esta zona permitiría someter o al menos mantener a raya a los indios Cunas. Pero también el hecho de que los españoles pudieran manifestar su territorialidad en el bajo Atrato, hubiera significado la posibilidad tanto de abastecerse de alimentos y herramientas, como de tener el monopolio del comercio, que allí tuvo lugar y quedó parcialmente en manos extranjeras.

Otro cierre
EL historiador  Luis Fernando Molina en su escrito en la obra Caminos Reales de Colombia, ubican este cierre en 1718 bajo pena de muerte, con vigilancia militar permanente  a través de un fuerte ubicado en Vigía del Fuerte  en el medio Atrato, con el propósito de controlar  el contrabando o “matute”, acción sin éxito alguno, puesto que éste lo realizaban hasta los mismos funcionarios de la Corona. Según  este autor el veto fue levantado en 1770 y a partir de entonces  el bajo Atrato entró paulatinamente al dominio comercial de Cartagena. La restricción de la navegación fue contraproducente  para el desarrollo del Chocó si consideramos que desde los finales del siglo XVII, las cuencas de los ríos chocoanos se constituyendo en el distrito minero más próspero de la costa pacífica, hasta darle a Popayán su característico esplendor en el siglo XVIII.

Otra Versión

El Boletín Historial, en un aparte dedicado a los arrastraderos, mencionan  “La navegación del rio Atrato estuvo prohibida por el gobierno español , a petición del Gobernador de la provincia de Urabá señor Pedraza. Con no menor pena que la perdida de la vida, disposición que fue aprobada por mandato Real fechado en  Sevilla a 20 de enero de 1730.

Fue en 1789 cuando se derogó esa disposición, únicamente para el comercio con Cartagena mediante orden superior del virrey del reino Francisco Gil y Lemus, quien el 14 de marzo de 1789 y en uso de sus facultades que su majestad le tiene conferidas para abrir el comercio del Chocó por el río Atrato, determinó de acuerdo con el comercio de esta plaza, se hicieran  a partir de la fecha en expediciones por convoyes escoltados de un buque de guerra, debiendo salir la primera de Cartagena, a principios del junio de este años, según avisó a los delegados del comercio, en especial a los del Sinú  para quienes desearan vender víveres y frutos en el Chocó.

En mayo de 1864  a través de varios avisos de prensa el comerciante italiano Juan Bautista Mainero y Trucco quien tenía la concepción para abrir el camino de Bolivar a Quibdó  anunciaba que en mayo  estar establecida, la navegación  a vapor por el río Atrato poniendo en contacto inmediato al Chocó  con los puertos habitados de Turbo, Cartagena  y Colon, marcando el inicio de una época de florecimiento y prosperidad comercial, que duró casi dos siglos. Hoy y desde el año 2003,  la navegación comercial de grades embarcaciones se acabó, pero persisten planes de reactivación y recuperación ambiental, desarrollo energético, pesca, productividad y turismo, entre otras opciones que este gran rio madre le puede ofrecer al  Chocó y el país.



[1] Caminos Reales de Colombia, Molina Londoño Luis Fernando “ De Cartago y Aburra a Novita y Citará
[2] Sobre la pena de muerte como forma de condenar esta falta: “Relación del Estado del virreinato de Santa Fe, que hace el Excmo. Sr. D. Pedro Messia de la Zerda a su sucesor el Excmo. Sr. D. Manuel Guirior. Año de 1772.”, también en la “Relación del estado del Nuevo Reino de Granada, que hace el arzobispo obispo de Córdoba a su sucesor, el excelentísimo señor don Francisco Gil y Lemos (1789)”, ambos en COLMENARES, Germán (comp.), Relaciones e informes de los gobernantes de la Nueva Granada, 3 Vols., Bogotá, Biblioteca del Banco Popular, 1989, t. I, pp. 138 y 458, respectivamente.
[3] “Estado del Virreinato de Santafé…”, op. cit., p. 183.
[4] SHARP, William, op. cit., p. 15.

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