El Canal del Cura: primer patrimonio arqueológico de los chocoanos. Por John Antón Sánchez, antropólogo
Índice
1. Breve historia del poblamiento en el San
Juan y el Chocó
1.1 Caminos reales y el poblamiento de la región del San Juan
1.2 La comunicación entre el San Juan y el Atrato.
2. El
sueño de los canales en el Chocó
2.1 El Chocó y los canales interoceánicos.
2.2 El Arrastradero de San Pablo y la
comunicación interoceánica
2.3 El canal de la Raspadura
2.4 Humboldt y la noticia del Canal.
2.5 Otras Noticias sobre el Canal del Cura,
reseñadas por Velásquez
2.5 Bolívar y su interés por el Canal.
2.6 Las dudas sobre el Canal del San Pablo
2.7 La inviabilidad del Canal.
3. Tras
la huella del Canal del Cura
3.1 La aventura de Stephen Howarth
3.2 Una expedición por el Canal del Cura.
3.3 Acaban con 200 años de historia en Raspadura
4. Especial Raspadura 200 años
Raspadura:
200 años de un santo vivo
La historia del Ecce Homo
La popularidad del Santo.
Los encantos del cuadro.
Los milagros del Ecce Homo
5. Se
destruye el Canal del Cura
Bibliografía
El Canal del Cura: primer patrimonio arqueológico de los chocoanos.
Raspadura, antiguo
real de minas, de extraña remembranza de un palenque, aun mantiene para el
Chocó el orgullo y la altivez de una comunidad
que además de guardar celosamente el ombligo espiritual de todos los
chocoanos con el Santuario del Santo Ecce Homo, mantiene intacta la fuerza
patrimonial y arqueológica de la Historia del Chocó, de la Minería y del pueblo
afrocolombiano del Pacífico.
Por
John
Antón Sánchez
Antropólogo
Fundación
Cultural Las Mojarras
Bogotá, marzo 5 de 2003
1. Breve historia del poblamiento en el San Juan y el Chocó
El Chocó fue el primero de los epicentros por donde se comenzó el descubrimiento y conquista de Tierra Firme por parte de la Corona española. Por el Darién y el Urabá (costa caribe) penetraron: Rodrigo de Bastidas en 1501, Juan de la Cosa en 1503 y Alonso de Ojeda en 1509, donde la Corona ordena crear las gobernaciones de Nueva Andalucía al mando de Alonso de Ojeda y la de Castilla de Oro liderada por Diego de Nicuesa.[1] Luego de las Gobernaciones se fundaron poblaciones como símbolos de posesión territorial, dominio militar y administración política, tales como: San Sebastián de Urabá (1509) y Santa María la Antigua del Darién.
Santa María la Antigua del Darién es fundada al margen occidental del golfo del Darién por Vasco Núñez de Balboa en1509 y funcionó hasta 1524 como capital de la provincia de Castilla Oro, desde donde se organizaron expediciones por el Atrato, hacia la costa Pacífica, al Istmo de Panamá y Antioquia.
De acuerdo con el maestro Rogelio Velásquez[2], establecidos los españoles en el Darién comenzaron los recorridos por la costa del Pacífico con la primera expedición del visitador de indios, don Pascual de Andagoya, quien partió hacia el sur en 1522 arribando a las bocas del Río San Juan. Luego don Diego de Almagro parte igualmente de Panamá en busca de Andagoya, penetra el río San Juan[3] quien le cambia su original denominación wounnan de “Dochará” por el nombre actual.
De este modo en 1539 se crea la Gobernación del San Juan al mando del licenciado Espinosa, que a poco tiempo muere y se le asigna a Pascual de Andagoya; éste logra dominar un amplio territorio desde el golfo de San Miguel hasta la bahía de Buenaventura, subdividido en cuatro provincias: Poya, Noanamá, Citará y Tatamá.
Durante el siglo XVII la región del San Juan comienza a tener marcada importancia dado los afloramientos de oro que aparecían constantemente. Según Velásquez, luego que la Gobernación del San Juan fuera de Pascual de Andagoya, pasa como provincia a la Gobernación de Popayán, desde donde fue constantemente encomendada a políticos, militares y comerciantes para su desarrollo, tales como don Melchor Velásquez Valderrama, Antonio Lara e Ignacio Mosquera.
Para 1687 desaparecen la provincias de Poya, Noanamá y Tatamá y se crea las intendencias de Novita, Citará y Baudó, bajo la administración de Popayán, que funcionaron hasta la real cédula de San Idelfonso fechada el 18 de septiembre de 1726. Para esta fecha se separa al Chocó de Popayán elevándolo a Gobernación con capital San Francisco de Novita, cuyos primeros Gobernadores fueron: Don Francisco de Ibero, Salvador Gómez de Lasprilla y Novoa, Luis Narváez Ponce de León, Antonio Cavero y otros tantos.
1.1 Caminos reales y el poblamiento de la región del San Juan
Para comenzar la colonización del Chocó fue necesario abrir rutas comerciales y caminos que posibilitaran su fácil acceso. En este proceso los ríos arterias como el Atrato, el Baudó y el San Juan fueron accidentes geográficos estratégicos para la facilidad de transporte.
La comunicación y el comercio fue desarrollada básicamente por el río Atrato, el cual fue aprovechado no solo para el transporte de mercancía sino para el contrabando, la piratería y la trata clandestina de esclavos, razón por la cual fue obligado a cerrarse desde 1718 hasta 1770. El cierre del Atrato obligó al aprovisionamiento legal casi de manera exclusiva por el río San Juan, que desde Buenaventura comunicaba hasta el Pueblo de Noanamá, de allí a Bebedó y luego hasta Istmina donde se llegaba al Arrastradero de San Pablo.
El río San Juan fue una de esas rutas claves para el desarrollo de la región del Chocó en su extremo sur, pues su alto caudal facilitaba la navegación y conexión con importantes centros como Quito, El Callao y Panamá. Igualmente se aprovecharon accidentes geográficos importantes de la provincia por donde se establecieron caminos claves para la comunicación con el Cauca. De este modo tenemos que desde temprano se abren dos importantes caminos: uno por el río Calima y el Istmo de San Joaquín y el por el Antiguo Camino de Ita.
El Camino de Ita, que de Novita comunicaba con Cartago atravesando la Ciudad de Toro, por la cordillera Occidental. Este camino que surcaba la vertiente del río Tamaná era muy famoso y concurrido por misioneros, mineros, mercaderes cargueros y silleteros. Los viajeros llegaban de Anserma y en el punto llamado La Boca cambiaban los caballos por transporte humano, labor que cumplían tanto negros esclavizados como indígenas. Se demoraban entonces unos 15 días para llegar a un destino específico.[4]
Al interior del Chocó se aprovechaba una ruta que comunicaba a Quibdó con Nóvita a través del Istmo de San Pablo y el arrastradero de Raspadura donde del río San Juan se unía con las aguas del río Quito que desemboca justamente al Atrato en la parte norte de la ciudad Citará
En la parte centro
norte del departamento, la ruta más importantes se establecía desde Quibdó a
Cartagena por el río Atrato en un trecho de solo 25 días por el Atrato con el
debido descanso en Turbo. Esta ruta incluía sus variantes hacia Urrao y Santa
Fe de Antioquia por el Río Sucio, por Napipí hacia el mar del Sur logrando
Bahía Cupica y de ahí muy cerca el puerto de Panamá.
1.2 La comunicación entre el San Juan y el Atrato.
El istmo de San Pablo fue durante la colonia, la independencia y parte de la vida republicana, la vía mas expedita para pasar de Novita a Citará y viceversa. Desde Citará se tomaba aguas arriba el río Quitó, que luego se bifurca en los ríos Cértegui y San Pablo, por donde se alcanzaban las aguas del San Juan en el Istmo de San Pablo. De acuerdo con Ramón Mosquera Rivas “es de recordar el gran volumen de carga que se movilizó por él, especialmente durante la época del platino, que tuvo lugar en las primeras décadas de la centuria que corre (Siglo XX) Carga y pasajeros, eran transportados en canoas, pues no existían las lanchas y motores fuera de borda que hoy surcan las grandes arterias fluviales con sus afluentes. Cabe recordar que los cargueros y los nativos no daban abasto a tan crecida cantidad de mercancía u hubo la necesidad de llevar recuas de mulas de Antioquia y Caldas, entre el sitio El Tambo e Istmina”[5]
2. El sueño de los canales en el Chocó
El sueño del Chocó de poder construir canales interoceánicos por sus tierras ha sido eterno y frustrante. Las ventajas geográficas, la multitud de istmos, los grandes ríos Atrato, San Juan y Baudó y su enorme enjambre de riachuelos que se entretejen y se comunican por medio de prodigiosos istmos, han llevado a esta región a la aventura alucinante de comunicar sus dos mares: Caribe y Pacífico.
Pasar del Pacífico al Atlántico por el Chocó aprovechando sus tres hoyas
hidrográficas ha sido factible por tres vías o escenarios geográficos:
Arrastradero de San Pablo, Truandó y Napipí, de estos los dos últimos son los
que mas presentan oportunidad halagadora para el progreso y la modernidad del
Chocó y su gente..
2.1 El Chocó y los canales interoceánicos.
No había pasado mucho tiempo para que luego que Balboa descubriera el mar Pacífico o mar del Sur, Hernán Cortes le sugiriera al rey de España Carlos V la necesidad perentoria de que se aprovechasen las ventajas geográficas de Panamá y el Chocó para unir los dos mares y así unir realmente dos mundos. Carlos V, entendiendo la magnitud de la propuesta ordena a Álvaro Saavedra, al Adelantado Pascual de Andagoya y a Antonelli, para que durante sus expediciones estudiaran a fondo dicha posibilidad de unir océanos aprovechando los accidentes ístmicos que esa esquina de América presentaba.
Obviamente que en esos momentos la prioridad de los conquistadores era otra, mas no la de estudiar propuestas de ingeniería en una tierra inhóspita, aun desconocida, virgen y plena de nativos guerreros y crueles contra la colonización y la esclavitud. Sin embargo, lo que para los españoles no era de interés, sí lo significó para los irlandeses quienes en 1694, el capitán Paterson, jefe de la fracasada misión irlandesa en el Istmo del Darién, diera cuenta a Inglaterra sobre la ventaja de hacer por allí un canal.[6]
Ya en la época del finales del siglo XVIII y comienzos del XIX el interés por construir un Canal por los Istmos del Panamá, Darién y San Pablo tomó fuerza de proyecto y de exploración. En 1793 el capitán Joaquín Francisco Fidalgo recomendó la construcción del canal de la Raspadura que uniría las cuencas del Atrato y el San Juan. Mas adelante el general Español Goyeneche, sugiere por primera vez la necesidad de construir un canal por las cabeceras del río Napipí y la Bahía de Cupica.
Luego durante el siglo XIX el Sabio Von Humboldt recomendó a la corona española construcción de varios canales en Nicaragua, Panamá y el Chocó (Istmos de Darién y San Pablo). El general Simón Bolívar comisionó a Falmark y a Lloynd para que exploraran el Canal del Arrastradero y diesen su opinión para luego ordenar al gobernador del Chocó, general Cancino, su adecuación. Luego por esa misma zona hicieron observaciones técnicas científicos de la talla de Wyse, Sosa, Codazzi. Etc.[7]
Para 1870 el gobierno de los Estados Unidos emprenden una campaña de reconocimiento por toda la región Ístmica de América con el propósito de identificar posibles áreas para canales interoceánicos. Dicha campaña arrojó posibilidades de construcción por Tehuantepec, Nicaragua, Panamá y el Darién Chocoano. Luego se los norteamericanos se deciden abrir un canal por la zona mas angosta de Panamá. Sin embargo Colombia en principio otorga concesión a ingenieros franceses, sin embargo los americanos presionaron hasta quedarse con la concesión, los cuales para poder avanzar en la construcción primero auspiciaron la secesión de Panamá de Colombia, para luego el 15 de agosto de 1914 abrir a la navegación el Canal de Panamá.
2.2 El Arrastradero de San Pablo y
la comunicación interoceánica
Durante la época de la colonia y la república, en pleno auge minero del Chocó, la comunicación y el transporte de carga y todo tipo de actividad comercial entre el San Juan y el Atrato, las dos provincias mas importantes de la época, se estimuló por los llamados Arrastraderos, es decir: “caminos por los cuales se podían arrastrar las canoas de una a otra vía acuática. El mas notable sin duda fue el del Istmo de San Pablo, por donde a lomo de cargueros se transportaban las mercaderías que venían de Lima o de Guayaquil, así como de Cartagena que se internaban en el San Juan, Otros arrastraderos de importancia fueron Juntas del Tamaña, en Novita, Calima y Chami en el departamento de Caldas[8].
El Maestro Velásquez precisa además que el paso de mercancías entre Citará y Novita y Tadó era obligado por el Istmo de San Pablo (Municipio de Unión Panamericana) y amparado por legalmente por la Real Provisión de 1727 y por las providencias Cantonales de 1756, 1759 y 1761. Dicha ruta fue aprovechada comercialmente por las dos provincias y en mas de una oportunidad llamó la atención de las autoridades, viajeros, exploradores y científicos neogranadinos y extranjeros. El geógrafo Agustín Codazzi en su paso por el Chocó de detuvo por el Arrastradero de San Pablo, y anotó lo siguiente:
“El Istmo llamado de San Pablo, forma parte de la separación de los dos grandes valles de los ríos San Juan y Atrato , afluentes el uno del Atlántico y el otro del Pacífico. En la orilla del San Juan hay un vecindario -Istmina- bastante grande, por uno de cuyos lados pasa la quebrada del mismo nombre, salidas de las eminencias del istmo, entre las cuales culmina el cerrito nombrado también San Pablo al oeste del pueblo...Por el lado opuesto de la quebrada de las aguas del río San Juan, están en este ponto a 61 metros sobre el nivel del mar Pacífico, la corriente del río es de 7 kilómetros por hora, y su ancho es de 160 metros.
El camino del istmo es de tierra llana por algún trecho pasando varias veces la quebrada citada arriba, para tomar luego una colina que sube suavemente y cuya mayor altura es de 110 metros sobre el nivel del mar; esto es, 49 metros más alta que el pueblito de San Pablo. Después de esto el camino baja suavemente hasta llegar a la quebrada Santa Helena, cuyas aguas vierten al mar del norte (mar Caribe)... Este punto está a 71 metros sobre el nivel del mar; esto es a 10 metros mas que el San Juan y 4 que el poblado de San Pablo. La distancia total del istmo por el actual camino es de 6.130 metros.” [9]
Las condiciones geográficas del istmo de San Pablo y la cercanías entre las hoyas hidrográficas de los ríos Atrato y San Juan, dieron las condiciones necesarias para que en la zonas del Arrastradero de San Pablo, en inmediaciones de Raspadura, se construyera en el siglo XVIII el primer canal interoceánico en tierra firme. En efecto el mismo Sabio Von Humboldt dio a conocer al mundo la existencia de una zanja que en 1788 los esclavos abrieron para comunicar la quebrada Raspadura que corre hacia el Río San Pablo (Atrato) con el quebrada la Honda que muere en el río Quiadó (San Juan).
2.3 El
canal de la Raspadura
Existen dos versiones sobre la génesis del Canal de Raspadura o “Canal del Cura”. La primera da cuenta que en la zona de Raspadura, existían dos grandes minas que se encontraban en litigio, una de ellas de propiedad de la familia Mosquera de Popayán administrada por un cura de Novita llamado Antonio de Cerezo, y otra de propiedad de la familia Salinas, administradas por Francisco Zea. Ambos resolvieron poner fin a querellas por límites y por tanto ordenaron a los esclavos abrir una fosa de demarcación entre las quebradas Perico y Raspadura , la cual en época de lluvias torrenciales del invierno permitía llenar la acequia y así facilitar la navegabilidad de piraguas y canoas.
La otra versión que sostiene el Maestro Rogerio Velásquez, solo difiere del nombre de los autores intelectuales del Canal, pues según el etnógrafo “El cura de Novita que mandó a ejecutar la obra del Canal de Raspadura no fue Don Rafael Antonio de Cerezo, sino Don Gabriel Arratachaguí quien regentó la parroquia en 1788, y volvió a ella en 1792 hasta 1804”[10]
La noticia de la existencia del canal del Cura comenzó a tener relevancia e importancia en las autoridades y gobierno de la Nueva Granada. Para 1789 el mismo arzobispo Virrey Antonio Caballero y Góngora en sus relaciones de Mando dirigida a su sucesor en Virrey Francisco Gil Lemus, dio cuenta de la necesidad de que España se interesase por mejorar esta vía interoceánica que facilitaba la comunicación entre Lima, Quito y Cartagena:
“ Como todo puede salir de Panamá y el río Chagres y mucho mejor por los ríos de San Juan y Atrato del Chocó, si se consigue hacer comunicables sus cabeceras. De las diligencias practicadas sobre esto por el fiscal visitador se deduce que entre los ríos de San Juan, que desagua al mar del Sur, y Quito, que entra al Atrato, solo están dividido en un extremo o lugar de tierra, cuyo paraje se llama Bocachica...Por esta estrechura, se debe hacer comunicación y efectivamente, en eclesiástico, con el fin de beneficiar sus minas , abrió un canal de comunicación , dando pendiente (que es lo que en el Chocó se llama Cuelga) , a las aguas de la quebrada Raspadura, haciéndolas entrar al río San Juan, de modo que dicha quebrada con esta operación dividía en dos brazos: el uno que tenía su naturaleza que incorporándose con la quebrada San Pablo entra al Quito, y dije desagua al Atrato, y el otro la canal abierta que comunica al San Juan”[11]
2.4 Humboldt y la noticia del Canal.
La noticia sobre la existencia del Canal de Raspadura, fue dada a conocer con suficiencia científica por el mismo sabio Alexander Von Humboldt, quien informó sobre el caso a su paso por Bogotá y Popayán durante el tiempo comprendido entre 1801 y 1802, justo doce años después que el Virrey Caballero y Góngora diera parte oficial sobre el canal,
La informaciones sobre la realidad del Canal publicadas por Humboldt permitieron no solo despejar las dudas sobre una verdad que ya se interpretaba como una leyenda, sino que permitió que seriamente las autoridades entendieran sobre la real posibilidad de abrir una ruta interoceánica entre los dos mares por el sito del Istmo de San Pablo.
En su texto Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente (Tomo V, capitulo XXVI) El sabio Humboldt examina con suficiencia técnica las posibilidades y medio que el Chocó posee para hacer canales interoceánicos para el progreso de la Nueva Granada.
El sabio Humboldt analiza las posibilidades de realizar varios canales en América y particularmente en el Chocó, de donde destaca las posibilidades de canales por los Istmos de Cupica, entre la costa del Mar del Sur y el desaguadero del río Napipi con las Atrato; y el istmo del Chocó entre río Quibdó, desaguadero superior del Atrato, y el río San Juan de Charambirá.”
Sobre éste último Humboldt destaca que “Si en la enumeración de las comarcas que ofrecen ventajas para la unión de los dos mares, no he pasado en silencio el istmo del Chocó, es decir el del terreno de fango platinífero que se extiende desde el río San Juan de Charambirá hasta el de Quibdó, es porque este punto es el único que desde 1788 existe una comunicación entre el Océano Atlántico y el mar del Sur . El pequeño canal de la Raspadura , que un cura de Novita hizo abrir por los indios de su Parroquia en un barranco periódicamente lleno por las inundaciones naturales, facilita la navegación interior sobre 75 leguas de largo entre la desembocadura del rió San Juan sobre Neconam y del Atrato , que tiene también los nombres de Río Grande del Darién , Río Dabeiba o Río Chocó”
Mas adelante anota:
“Por esta vía por donde , en las guerras que han precedido a la revolución de la América española, han llegado a Cartagena de Indias considerables cantidades de Cacao de Guayaquil. El Canal de Raspadura, cuyas primeras nociones en Europa la he dado yo, solo ofrece paso a pequeños barcos , pero podría fácilmente ensancharse si se le reuniesen los riachuelos conocidos como los caños de las Animas, de Caliche, de Aguas Claras(...) No habiéndose publicado las observaciones barométricas del Sabio Caldas, ignoramos el punto de altura de partición entre San Pablo y el río Quibdó, sabemos solamente que algunas lavaduras de oro se elevan en estos distritos hasta 360 y 400 toesas sobre el nivel del Océano, y que jamás se encuentran a menos de 50 toesas.
Pero pese a las ventajas comerciales y de transporte que el Canal ofrecería a las dos provincias de la comarca, Humboldt, era consiente de las limitaciones que el mismo Canal de Raspadura tenía, dada las dificultades que las corrientes de los ríos San Juan y Atrato, como sus pequeños afluentes ofrecía. De modo tal el sabio solo recomendaba mejorar un canal que se abriera como “línea de navegación, sin dar lugar al paso de goletas de gran porte, no será menos digna de la atención de una sabia administración, pues que en ella vivificará el comercio interior entre Cartagena y la provincia de Quito, y entre el puerto de Santa Marta y el Perú”
Igualmente Humboldt, refutaba con contundencia todo tipo de especulaciones y de mentiras que sobre el Canal de expusieran:
“ A fin de esta discusión haremos notar que jamás el Ministerio de Madrid ha mandado al Virrey de la Nueva Granada a tapar o cubrir el barranco de la Raspadura, ni castigar con pena de muerte a los que restableciesen un canal en el Chocó, como asegura en una obra que se ha publicado recientemente “
2.5 Otras
Noticias sobre el Canal del Cura, reseñadas por Velásquez
Don Joaquín herrera |
Está situado entre el origen de los ríos
Atrato, que se dirige al norte, y el San Juan, al sur. En este Istmo hubo un
canal llamado de la Raspadura, que hoy está obstruido en parte, pero da
acceso a embarcaciones pequeñas. Por dicha vía puede salirse de un mar a otro
, navegando por ambos ríos |
Ezquerra, Joaquín. Diccionario Geográfico
de los estados Unidos de Colombia. J.B
Gaitán. Bogotá. 1879 |
Documentos Inéditos, Tomo II; publicados
por el señor Cuervo |
Después para arriba, se encuentra la
quebrada de San Pablo, por esta se trafica en canoa hasta el río del
Arrastradero, donde hay un tambo que sirve de alberque a los que internan a
la provincia por la de novita, y es el tráfico mas común para los tratantes
que vienen de la sabana con efectos comestibles, ropas de castillas y de la
tierra, bayetas y lienzos que fabrican en las ciudades de Quito, Tagua, etc |
Cuervo Antonio. Documentos Inéditos sobre la geografía y la historia de
Colombia T.I Imprenta del Vapor de Zalamea Hermanos. Bogotá, 1891 |
Soledad Acosta de Samper en su Biografía
del General Joaquín Acosta |
El día 17 de junio, Acosta se embarcó en el
Atrato, y al llegar a las bocas del río Quito, siguió por este; le subió
durante tres días, atravesó el Istmo llamado San Pablo, que solo mide poco
mas de cinco miriámetros , y se embarcó en el río San Juan, magnífica
corriente de caudalosas aguas que se arrojan al Océano Pacífico por siete
Bocas |
Acosta Samper. Soledad. Biografía del
General Joaquín Acosta. Librería Colombiana. Bogota. 1901. |
La Obra Colombia, publicada en Londres 1822 |
En el interior del Choco, la quebrada de
Raspadura une las aguas del río Noanamá o San Juan con el Quito, que junto
con el Citará y el Andágueda, forman el caudaloso Atrato. El río San Juan se
desagua al mar del Sur, y alguno años ha, un fraile de la aldea Citará hizo
que su rebaño cavase un canal en la quebrada de que hemos hablado por el cual
pasan las canoas cargadas de cacao del Atlántico al Pacífico, cuando las lluvias son
abundantes y que los ríos han salido
de madre. Esta comunicación ha existido desde el año 1788 sin que los mismos
españoles supiesen una sola palabra de esto. |
|
General Mosquera en su Geografía de
Colombia |
En la parte occidental nace entre los ríos
el Andágueda que va a unirse al Atrato; y el ramal de la cordillera que corre
entre el Andágueda y el San Juan divide las aguas que van al Atlántico por el
río Atrato, y al Pacífico por el San Juan. Entre estos dos ríos media el
Arrastradero de San Pablo, entre las quebradas del este nombre y la
paspadura, que impropiamente ha
llamado Istmo de San Pablo, por cuyo punto se pasa arrastrando canoas
pequeñas entre una y otra quebrada para pasar del río San Juan al río Quito,
y por este al Atrato |
Mosquera Tomas, Geografía de Colombia |
General Paulo Emilio Escobar en su obra La
Costa Colombiana del Pacífico |
Esta Ruta tiene su historia: desde remotos
años se había probado paso de canoas y bongos del San Juan y el Atrato y
viceversa, con intermedio de la quebrada de Raspadura, el Río Quito y otras
corrientes fluviales. A finales del siglo XVII(...) En los días de la
independencia pasaron por allí canoas
del uno y el otro mar, y el viajero inglés Cochrane refiere que él
atravesó aquella vía de agua dulce. |
Escobar Paulo Emilio, La costa colombiana
del Pacífico. Imprenta Nacional Bogotá, 1918-1920’ |
Alexander Von Humboldt Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva
España |
En el interior de la Provincia del Choco,
la pequeña quebrada de la Raspadura une al río Noanamá llamado vulgarmente
río del San Juan, al riachuelo Quibdó. Este último aumentado por las aguas
del río Andágueda y del río Citará,
forma el río Atrato, que se arroja en el mar de las Antillas, en tanto que el
río San Juan desemboca en el mar del Sur. Monje muy activo, cura de la aldea
de Novita, hizo cavar por sus parroquianos un pequeño canal, en la quebrada
de la Raspadura. Por medio de este canal, navegable cuando
las lluvias son abundantes, canoas
cargadas de caso han venido de un mar a otro. He aquí pues la
comunicación interior que existe desde 1788 y que se ignora en Europa. El
pequeño canal de Raspadura liga las costas
de los dos océanos sobre puntos alejados el uno de lo otro en mas de 95 legua. No
será éste sino un canal de pequeña vegetación , pero podrá ser fácilmente
aumentado si se le agregara los arroyos conocidos bajo el nombre de Caño de
las Animas, del Caliche y de las Aguas Claras |
Humboldt Alexander. Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España.
París 1827. |
Sabio Francisco José de Caldas, en su Estado de la Geografía de la
Santa Fe |
Ha mucho tiempo que se habla del Atrato , de su inmediación a San
Juan, del Arrastradero de San Pablo, que se ha marcado como fácil unión del
Atlántico con el Pacífico |
Posada Eduardo. Canal del Atrato,
Boletín de Historia. Año VII
1ro 18, Imprenta Nacional Bogota 1912, |
2.5 Bolívar y su interés por el Canal.
El interés del Canal del Cura o de la Raspadura, fue materia de atención del mismo libertado Simón Bolívar, quien encontrándose aun en plena gesta independentista en el Ecuador ordena a las autoridades regionales desarrollar un estudio sobre los Canales del Chocó y en especial habilitar la comunicación interoceánica por el canal del Cura en Raspadura. Bolívar en medio de la campaña libertadora no solo envía desde el Cauca una comisión de exploración de la navegabilidad desde el río San Juan hasta el Atrato, sino que además le ordena al coronel José María Cancino, gobernador del Choco el siguiente oficio:
“He tenido el honor de recibir el oficio de usted, del 25 de enero último, del San Pablo, y dar cuenta de el a su E. El Libertador, quien se ha servido previamente diga a US que haga trazar el canal por la parte del Istmo que separa los dos ríos y solo tiene tres millas, en un terreno de cascajo y greda deleznable..
Que haga usted abrir picas y ponerle corriente hacia los demás puntos en donde pueda también abrirse el canal o se haya reputado fácilmente para apertura
Que encargue US a Jamaica los instrumentos necesarios para esta
operación, los que se pagarán por cuenta del Gobierno, pues su ES estará para
este mes de octubre en el Chocó y está
resuelto a ejecutar la útil empresa de unir los dos mares
Y espera para cuando llegue ya US habrá hecho cuanto le proviene arriba habrá tomado noticias ciertas, informes exactos y prolijos y circunstanciados de cuanto es necesario para esta importante obra, consultando a los prácticos de los lugares” [12]
Pese a que la indicaciones del Libertador eran claras y específicas en cuanto la naciente república le interesaba recuperar el Canal del Cura, el funcionario hizo caso omiso a las ordenes de Bolívar. Quedando postergada hasta hoy la obra mas impactante de la época colonial de América.
2.6 Las dudas
sobre el Canal del San Pablo
No todos aceptan que por Raspadura haya existido realmente un canal que uniese los dos mares, o al menos las aguas que desde la vertiente del Atrato corren hacia el Caribe con las del San Juan que llevan al mar del Sur. Lo cierto sí es que en este paraje se verificó el paso de canoas, quizá no flotando con facilidad, pero sí quizá como sucede aun en algunos riachuelos chocoanos: arrastrando canoas, piragua y toda forma de embarcación pequeña; de allí que tal vez provenga el nombre de Arrastradero, al querer bautizar la zona del Istmo de San Pablo, proclive de pasar embarcaciones de un extremo a otro.
Los estudios de la Geografía Económica del Chocó (1947) señalan que en la zona del Istmo de San Pablo, la franja de terreno que separa las aguas de la quebrada Raspadura del río San Juan solo es de 609 metros. Aunque exista una diferencia de nivel entre una cuenca y otra de tan solo 9 metros sobre el nivel del mar, lo que un canal con sus esclusas no sería de gran costo para unir las quebradas de la Raspadura con la de Honda. Pero si se trata de hablar de un canal de verdad, de dimensiones reales interoceánicas que permita la navegabilidad de grandes embarcaciones, se estaría hablando de unir eso sí las mismas aguas del San Juan y el Atrato de forma directa, aprovechando los dos codos que encauzan sus aguas por direcciones opuestas; es decir Lloro para el Atrato e Istmina para el San Juan, dando lugar a la propuesta del Canal de los Grandes Lagos Atrato y San Juan. Se estaría hablando entonces de un canal de 45 kilómetros , obra que por supuesto sería costosa, poco funcional, de enorme impacto ambiental y cultural para el pueblo chocoano.
Además que habría que pensar en que los Barcos de mediado tamaño solo pueden navegar el San Juan hasta Bebedó (a 32 km de debajo de Istmina), y por el Atrato los barcos solo pueden llegar a Quibdó. Luego no se justificaría una obra de gran magnitud para solo permitir el paso de embarcaciones pequeñas.
2.7 La inviabilidad del Canal.
No podría ponerse en duda el interés que ya en la época contemporánea suscitará el Canal de Cura como una alternativa para mejorar la comunicación entre las provincias del Atrato y del San Juan. Sin embargo el ingeniero civil y de minas Ramón Mosquera Rivas (parlamentario y gobernador del Chocó) en mas de una ocasión escribió múltiples ensayos críticos sobre la necesidad de construir canales interoceánicos en la geografía chocoana, pero guardando las proporciones y las reservas respecto al Canal del Cura o de la Raspadura.
Para Ramón Mosquera Rivas “la construcción de un canal no resolverá el problema del desarrollo que requieren (los chocoanos) “ Sobre todo que “hay razones técnicas que podrían alegarse en contra del canal fluvial(...) Citemos el caso de los puntos de empalme de las quebradas, sobre el nivel del mar, de los afluentes del San Juan y de los que vierten sus aguas al Quito. Por ejemplo, Istmina tiene una altura sobre el nivel del mar de poco o mas de 70 metros , mientras que el Quito en su desembocadura sobre el Atrato, frente a Quibdó, tiene alrededor de 50 metros.
Además: “El istmo de San Pablo lo constituye una cadena de colinas con 180 metros de altura sobre nivel del mar , como máximo. Este detalle indica que los cortes , auque se utilice una de las depresiones, como es lógico, tendrán alturas bastante pronunciadas . Y ello determinará la construcción de esclusas que regulen las aguas que circulen por el canal. Por lo tanto se concluye que el canal que se proyecta no será a nivel”[13]
3. Tras la huella del Canal del Cura
3.1 La aventura de Stephen Howarth
Pese a que Humboldt durante sus exploraciones solo pudo reseñar el canal, sin testimonio real alguno, mas tarde se pudo dejar en claro la exacta ubicación del canal con sus especificaciones técnicas propias de la época y sus usos y finalidades, tal como lo reseñó Stephen Howarth en 1972 cuando partió directamente desde Londres hacia el Chocó resuelto a encontrar el canal extraviado.
En efecto Howarth afirma lo siguiente del canal:
“Habiendo explorado las varias posibilidades a mis guías, dos días a penas fueron necesarios. Al principio ninguno de ellos sabía de que pasara un canal – lo mismo que ninguno de ellos recordaba los tiempos de Kelli- pero tomando mis sugerencias de un área inundada, investigamos dos viejas minas españolas inundadas. Una de ellas permanecía sola y anteriormente nunca había sido algo distinto a una mina. La segunda estaba unida al río Raspadura y tenía un canal de drenaje circular, una zanja. Era la palabra que usaba Kelly y era también usada en el texto español donde yo encontré la descripción del Canal del Cura...
“Mis guías me contaron que en ese tiempo de los esclavos, los indios remaban sus canoas en la cuenca hidrográfica de este punto y que los españoles, habiendo inundado la mina, cavaron un canal para secarla. Esto parecía cierto, pero yo creía que no era el Canal del Cura, pues no unía a Raspadura con nada, excepto consigo mismo.
Pero ninguna memoria de cualquier otro canal agitaba a mis guías; su eventual localización era un golpe de suerte. Cuando los tres descansábamos en unas rocas de la Honda,. –un río al sur de la cuenca hidrográfica- yo comenté a cerca de la suciedad del río (...) La suciedad venía de una mina cerca del pueblo el cual usaba como acequia (alcantarilla un viejo canal de madera que venía de Raspadura, al norte de la cuenca hidrográfica de la Honda en el sur.
“Era lo único. Descansaba en tres secciones, los tres lados de un trapecio. La parte media estaban parcialmente cubierta por los restos de una muna, pero el curso antiguo era un visible y el agua aun corría.
Tomando la extensión de la circunferencia de los cambios de la dirección del canal y de la dirección del flujo de las corrientes que los unía, encontré que en aquellos puntos, el raspadura inseparablemente corría casi exactamente al sur y la Honda al norte (en direcciones magnéticas) La distancia la otro lado de la cuenca hidrográfica era de aproximadamente 200 metros; tres secciones del canal eran de 35 metros, 55metros y 97 metros, la primera corría a 160 grados, la segunda a 110 grados y la tercera a 80 grados del norte magnético. Cada sección era precisa, derecha, cierta y clara.
Cual orilla de los pequeños cortes pertenecía a los Mosquera y cual a los otros vecinos no lo sabía, pero en 1974, 168 años después de que la demarcación del canal fuera cavada, como primer paso, no intencional de construir un canal y que la leyenda naciera, el canal dividía la selva y unía los ríos
Clavamos los machetes en la arena, “Caballeros, dije, Quítense los sobreros por el Canal del Cura, el canal perdido de Raspadura”[14]
3.2 Una expedición por el Canal del Cura.
En abril de 1996 un grupo de chocoanos, inquietos por saber la verdad a cerca del Canal del Cura, encabezados por los estudiosos Antonio María Cardona y Mary Castillo visitaron a Raspadura y lograron llegar hasta la zona del Canal, gracias a los buenos oficios de los campesinos. A continuación se escriben las notas que sobre la expedición Cardona publicó:
“ A una hora aproximadamente del pueblo de Raspadura llega a la planada donde se divorcia la vertiente del Atrato y del San Juan. Allí fue donde el padre Cerezo, cura de Novita, en el siglo XVII , unió las aguas de la quebrada de la Raspadura con las de la quebrada de la Honda, a punta de pulmón y pica de negros esclavo. Muy cerca de allí la tierra muestra las recientes heridas , lomas de piedra revueltas y profundas acequias , canalones de la actividad minera, viven aun en la zona.
“En el momento de la sisita, allí a pocos metros del histórico canal, un grupo de nativos, con motobombas lavaban la tierra negra, que corría por los profundos canalones, en busca del preciado metal. Milagrosamente no lo han dañado, comenta con pesadumbre don Secundino Mosquera, el Alemán, el baquiano que izo su machete, con los de la expedición de Mister Howarth, cuando en 1974, eufóricos celebraban como espadachines, el descubrimiento del canal.
“El canal es una pequeña regata de tal vez dos metros de ancho y uno y medio de profundidad y se extiende desde la quebrada de Raspadura, hasta la quebrada la Honda, vertiente del San Juan, quizá unos 400 metros. Claro que en su tiempo debió ser mas honda y mas profunda, pues después de 205 años de construida, la sedimentación y la maleza han alcanzado su lecho y ganado tierra a sus orillas.
“Al observar esta simple construcción, no queda sino la maravilla de que los astutos españoles, sin querer construyeron el primer canal Interoceánico en América, pues en la mas fina acepción de las palabras Canal del Cura, significa la unión de dos mares.
“Los bogas de entonces debían cubrir un trecho de tres millas (unos cinco kilómetros aproximadamente) desde el río San Juan hasta el río Atrato, trayecto que se hacía por los tributarios de estos ríos, hasta encontrar aguas navegables para las grandes canoas españolas, donde seguramente hacían el transporte de las mercancías”[15]
3.3 Acaban con 200 años de
historia en Raspadura
Por Mandinga[16]
Mandinga sufre
al ver como bajo la complacencia de las autoridades del Chocó, la minería
industrial de retroexcavadora amenaza con destruir por completo los alrededores
del Plan de Raspadura, la mayor riqueza cultural, histórica y arqueológica que
aun se conserva
Mandinga
cada vez que visita a Raspadura no deja de fascinarse tanto por la calidad
humana de sus habitantes como por la nostalgia histórica que ella representa.
La forma del pueblo refleja el estilo arquitectónico circular que caracterizó a
lo míticos palenques, donde seguramente
el rey Barule se refugiaba cada vez que subversivamente atentaba contra la
oligarquía criolla esclavista de Tadó, Nóvita o San Pablo.
El Plan de Raspadura, cuna celosa del Ecce Homo, constituye un punto nodal de la cultura y la historia de la región. Raspadura es digna de llamarse “la capital del conocimiento tradicional” pues ella siempre ha tenido fama de ser cuna de “brujos”, Chinangos y hierbateros. Incluso en este pueblo además del curandero Vladimiro Ampudia, existen otros raiceros expertos en toda clase de sahumerio, emplasto y curaciones del cuerpo ante tanta maldad que existe en el mundo de los “humano”
Y qué decir del biche, el vinete y las balsámicas que se producen ente pueblo minero? Vale recordar al profesor Silvano Medina (q.e.p.d) quien desde el colegio agrícola de este corregimiento comenzó a investigar sistemáticamente los principios activos y las propiedades de las plantas utilizadas en la medicina tradicional.
Raspadura se encuentra estratégicamente ubicada en el corazón del eje histórico por excelencia del Chocó, pues este antiguo palenque se conserva justo en medio de un complejo patrimonial arqueológico a punto de extinguirse ante la amenaza de la explotación minera con retroexcavadoras que avanza salvajemente destrozando todo lo que se encuentra a su paso.
En este eje histórico en que se encuentra el Santuario se localizan patrimonios arqueológicos afrocolombianos como: los reales de minas de Raspadura, el Canal del Cura, el Istmo que une los valles del Atrato y San Juan, la colonial población de San Pablo Adentro y la población de La Isla, único hospital tradicional del Pacífico y sede del último de los Chinangos.
Pero ante la complacencia de las autoridades este eje cultural, histórico y patrimonial del Chocó las retroexcavadoras ya lo devoran, pues varios son los entables que bordean el poblado Santuario destruyendo todo lo que encuentran a su paso
Tanto a los chocoanos como a las autoridades ambientales, académicas, eclesiásticas, policivas, políticas y civiles no parece importarles que los mineros industriales ante la fiebre delirante del oro y el platino borren de la faz de la tierra mas de trescientos años de historia.
Pueda ser que cuando Mandinga vuelva a Raspadura los “retreros” al menos dejen al Santo, aunque se lleven la limosna.
3.4 SE DESTRUYE EL CANAL DEL CURA.
Por John Antòn Sánchez
Periódico Choco 7 Días, Quibdó, enero de 2003
Escribo por primera
vez en este semanario, al cual admiro y respeto, motivado por la necesidad de
advertir a tiempo una catástrofe cultural que para desgracia del Chocó y su
historia está a punto de ocurrir: la destrucción por acción de la minería
mecanizada del Canal de Cura, el primer y único canal interoceánico que en la
época de la colonia se abrió en toda América para unir los océanos Atlántico y
Pacífico en el sitio Arrastradero de San Pablo (Raspadura) donde se encuentran
las hoyas hidrográficas del San Juan y en Atrato.
La destrucción de este patrimonio arqueológico e histórico que enaltece el pasado glorioso del Chocó es inminente, pues así lo comprobamos un grupo de antropólogos que interesados en la arqueología histórica vistamos a Raspadura a comienzo de este año y quedamos sorprendidos al observar como las retroexcavadoras están a pocos quinientos metros del área del Canal del Cura la cual comprende las Pilas Coloniales de la María y Martín, el Cementerio de los Esclavos y la “zanja o canal” de 190 metros que une las aguas de la quebrada San Helena que cae a la de Raspadura y de allí a Quito (Atrato) y a la quebrada de la Honda que corre hacia el río San Pablo (San Juan).
La existencia del Canal del Cura no es una leyenda. Su construcción fue ordenada en 1788 por el Cura de San Francisco de Nóvita, Gabriel Arrachátagui, administrador de los reales de minas de la Familia Mosquera de Popayán. Sobre este hecho el mismo Arzobispo Virrey Caballero i Góngora en su relación de mando de 1789 dirigida a su sucesor, el nuevo Virrey Francisco Gil Lemus, detalló minuciosamente esta obra de ingeniería. Así mismo el sabio Alejandro Von Humboldt en 1801y 1802 dio cuenta del Canal del Cura en sus informes “Viajes a las regiones equinocciales del nuevo Continente”. Ya en la época contemporánea en 1974 el ingles Stephen Howarth explora y levanta un plano topográfico de los que aun quedaba del Canal.
El Canal del Cura igualmente fue una preocupación de maestro Rogerio Velásquez quien sobre él exalto su importancia en la actividad comercial entre el Atrato y el San Juan gracias a los llamados arrastraderos, o sea caminos que por los cuales se podían arrastrar las canoas que transportaban mercancías que venían de Lima o Guayaquil y que pasaban por el Istmo de San Pablo hacia Cartagena y Santa Marta. Otros arrastraderos de importancia fueron los de Juntas del Tamaná en Nóvita, Calima y Chamí en Caldas.
La atención sobre
la destrucción del Canal del Cura busca ante todo que los chocoanos nos
apropiemos de nuestros patrimonios históricos y arqueológicos que aun se
conservan pese a las condiciones ambientales, al descuido y a la ignorancia
nuestra sobre el valor y riqueza incalculable que para historia se guarda, pues
así como peligra este primer canal interoceánico, en igual situación se
encuentran Santa María la Antigua del Darién, el Fuerte de Murrí, las ruinas de
Nóvita Viejo, el Altar de Plata de la Iglesia de Nóvita, los restos religiosos
coloniales de las capillas de Santa Bárbara y Santa Rita en el Iró, Soledad de
Tajuato, San Pablo Adentro, entre otros sitios de interés arqueológico.
Queda pues en manos de las autoridades civiles, científica, académicas, ambientales y comunitarias la responsabilidad de aplicar medidas preventivas y coercitivas, si es necesario, para impedir que esta joya histórica sea arrasada por la ambición de la minería, la cual, como todos sabemos, se hace sin control de nada, sin supervisión alguna, dejando solo a su paso desolación y miseria.
4.
ESPECIAL RASPADURA 200 AÑOS
Raspadura: 200
años de un santo vivo
El Ecce Homo, el
santo mas milagroso y popular del Chocó y del Pacífico cumple este 7 de abril
200 años de veneración y respeto. Hasta su santuario acude todo el mundo a
pedirle favor, a darles agradecimientos o cumplirles mandas. Mandinga como
tanta gente, también ha recibido sus favorcitos.
A 64 kilómetros al sur de Quibdó y a solo 10 km al norte de Istmina, capital del Área Metropolitana, justo en el istmo que separa las aguas del Atrato y el San Juan, se encuentra de desde tiempos coloniales la población de Plan de Raspadura, corregimiento del municipio de Unión Panamericana, con mas de 3500 habitantes afrocolombianos que en su mayoría se han dedicado a la minería.
Este 7 de abril la comunidad de Plan de Raspadura celebra sus fiestas patronales de Quasimodo y con ella la conmemoración de los 200 años de veneración al Ecce Homo, el santo más milagroso del Pacífico colombiano y que desde 1802 a hecho en esta comunidad su santuario.
La comunidad de Raspadura espera celebrar de la manera mas humilde pero orgullosa este bicentenario, pues este onomástico ratifica a este Santuario como una verdadero patrimonio cultural, religiosos, histórico y arqueológico del Chocó y del País.
La
historia del Ecce Homo
La
tradición oral de la comunidad conserva de manera intacta la historia que
relata la manera como el Santo Ecce Homo llegó para quedarse en Raspadura. En
efecto don Manuel Adriano Mosquera, de 69 años, sacristán de la capilla y
miembro de la Junta Administradora del Santuario narra para la Prensa detalles
de la historia del Santuario.
La
Historia del Ecce Homo está ligada a la historia de la minería, la colonia y la
esclavitud que desde finales del siglo XVIII y XIX se desarrollo en esta zona,
que desde la historiografía se denominó el segundo ciclo de la minería en la
Nueva Granada.
Precisa don Manuel que a final del siglo XVIII existía una esclavista llamada doña María de la Paz Salamandra quien se asentó en un real de minas llamado San Rafael (muy cerca al actual pueblo del Dos) y desde donde administró varias minas con sus cuadrillas de esclavizados
La imagen del Ecce Homo fue traído al real de Raspadura por don Juan José Mosquera, jefe de las cuadrillas de esclavos de doña Salamandra, quien lo tomó de una esclavizada que en una mina de Popayán encontró un cuadro de vitela con la imagen del Santo. Mosquera no solo trajo el cuadro sino también las imágenes talladas en maderas de San Rafael, San Joaquín y San Antonio, las cuales aun se conservan.
Tiempo después Mosquera vende el cuadro a doña Salamandra por libra y media de oro. Luego en 1852 con la abolición legal de la esclavitud los ahora libertos le compran la imagen a la misma Salamandra. Y desde entonces la comunidad custodia celosamente su Santo Milagroso.
La
popularidad del Santo.
De acuerdo con la tradición oral, recogida por el Padre Antonio Romero en 1973, fue don Heriberto Orejuela quien propagó la devoción al Ecce Homo , recorriendo todo los pueblos del Chocó dando la buena noticia de que en Raspadura en un templo de paja se mantenía la imagen de un Santo milagroso
Luego en la década de los 30, siendo síndico don Pedro Ángel Perea por iniciativa de la comunidad se dio comienzo a la construcción del actual templo. En esos tiempos la imagen del Santo se mantenía cubierta con un velo y se cobraban unos $0.75 por conocerlo.
Para 1953 cuando se crea el Vicariato Apostólico de Istmina, el entonces Obispo monseñor Gustavo Posada le da impulso al Santuario del Ecce Homo, nombrando por decreto una Junta Administradora, con quienes luego construyeran la casa para peregrinos que hasta a finales de los años 70 funcionó albergando a cuanto devoto visitaran al Santo.
Los encantos del cuadro.
De acuerdo con la descripción del padre Romero (1973) el cuadro del Ecce Homo que se venera desde hace 200 años en Raspadura corresponde a un óleo propio del arte religioso de Quito que se conserva original, salvo tres retoques en el angelito, en el pie derecho del Señor y en un extremo de la obra.
Lo más fascinante del cuadro del Santo Ecce Homo lo constituye la leyenda que en su parte posterior reza: El Hmo Sr. Dr. Ángel Velarde y Bustamante , dignísimo Obispo de Popayán concede 40 días de indulgencia todas las veces que rezaren un Padrenuestro y un Ave María delante de esta divina imagen del Santo Ecce Homo. Conseguida por don Juan José Mosquera , quien lo dedica a la capilla de su Mina de San Rafael, Provincia de Nóvita, año de 1802.
Los
milagros del Ecce Homo
Basta contemplar la devoción de los peregrinos, los celos de los raspadureños y leer las centenares de placas que reposan en las paredes del Templo, para dar cuenta de la fe y la devoción que la gente le tiene al Santo.
Muchas son las historias que con fe se cuentan sobre los milagros y obras que el Santo ha hecho en clamor de los desesperados creyentes que de todas partes del mundo acuden a Raspadura a pedir favores y a cumplir mandas por lo recibido.
Para la comunidad el Ecce Homo es un santo vivo, de gran influencia, que se manda sus caprichos, además que es implacable con todos aquellos que lo desafían, lo agravian o no le cumplen sus mandas.
El
maestro Miguel A. Caicedo (q.p.e.d) logró popularizar las historias del Ecce Homo
en relación con los parroquianos, tal como lo ilustran los relatos del “Maria
Eugenia la Cotuda”, y “el Comisario”.
Igualmente
la gente narra las historias de enfrentamientos entre la comunidad y el propio
Obispo de Istmina, monseñor Gustavo Posada Peláez (q.e.p,d) por querer, en
alguna ocasión, querer sacar el Santo de Istmina bajo el argumento de hacer
peregrinaciones nacionales.
Bibliografía
Álvarez
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Velásquez Murillo. Voces Geográficas del Chocó y de la Toponimia Americana. Lealón. Quibdó, 1981
[1] Romolli Kathleen. Balboa el descubridor del Pacífico Espasa escalpe. Madrid, 1955
[2] Velásquez Rogerio. Breve
Historia del Chocó 1850-1852. En Revista
Codechoco. No 1. Quibdó Enero- Junio de 1985, Pág. 73
[3] Véase Velásquez. Notas sobre el descubrimiento del río San Juan (
) y Rectificaciones sobre el descubrimiento del río San Juan.
[4] Que sabe usted del Antiguo Camino Real a Novita. Edgar Hidalgo T.
En Chocó 7 días, Edición 193. Quibdó .
Op. Cit: edición 258 “Qué sabe
usted sobre los silleteros en los antiguos caminos del Chocó.
[5] Mosquera Rivas Ramón. Los problemas del Chocó y posibles
soluciones. Ed Difusión Medellín 1984
pág 67-68
[6] Geografía Económica del Chocó Tomo V. Contraloría General de la República. Bogotá,. Pág 584.
[7] Ibid
[8] Velásquez Murillo. Voces Geográficas del Chocó y de la Toponimia
Americana. Lealón. Quibdó, 1981, 37
[9] Álvarez Lleras,. Jorge. El Chocó. Editorial Minerva. Bogota 1912.
[10] Velásquez, op. cit.
[11] Giraldo Jaramillo,
Gabriel. Relaciones de Mando de los
Virreyes de la Nueva Granada. Banco de la República Bogotá, 1954. Citado por
Velásquez, Op. cit.
[12] Periódico ABC Quibdó, julio 10 de 1920 número 572 página 1.
[13] Mosquera Rivas Ramón, op.
cit Pág. 69
[14] Howarth citado por Rivas Lisímaco. Una Nueva visión del
desarrollo histórico del municipio de Istmina. Biblioteca Jurídica. Medellín.
1999. Pág. 101
[15] Viaje al Canal del Cura por Antonio María Cardona. Citará edición
28 abril de 1996. Quibdó, pág 11.
[16] Mandinga, seudónimo del periodista John Antón Sánchez, para
autografiar su columna cultural Huellas en el periódico regional La Prensa del
San Juan.
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