LOS ESTUDIOS SOCIO-CULTURALES E HISTORICOS SOBRE EL CHOCÓ . Edición : Gonzalo Díaz Cañadas

La historia del Chocó por demás apasionante por toda la pugna y conflictos propios de la Conquista , Colonia frente a pueblos indígenas rebeldes y resistentes comienza a ser escrita narrada con fines académicos y documentada por primera vez en el año de 1937, cuando el intendente del Chocò Emilio Melúk autoriza a la Imprenta Oficial publicar en una edición de la Gaceta del Chocó, “Bajo el mote de Documentos para la Historia del Chocò” . El informe del gobernador del Departamento de Quibdó Don Guillermo O Hurtado”, intelectual y etnógrafo, en donde se condensan las primeras descripciones geográficas, históricas, económica, y de orden administrativo de la naciente Intendencia del Chocò. De aquí en adelante los diferentes informes que presentan la Intendencia del Chocò al Ministerio de Gobierno, incluyen hechos, registros de documentos de primera mano, con datos de interés que dan cuenta de la evolución político administrativa de este territorio en su configuración. Los medios de comunicación oficiales como la Revista del Chocó, la Gaceta del Chocò que circularon entre 1909-1940 y algunos periódicos de la época, dan cuenta de los actos de gobierno y dan cabida a contenidos de carácter histórico. Posteriormente se van apareciendo y publicando otros textos y libros que tributan al acervo documental y bibliográfico del Chocò, El político conservador, escritor e intelectual chocoano Daniel Valois Arce, quien fue director de la Biblioteca Nacional, escribe en 1945 el libro “Departamento del Chocò”, ediciones Tic industrial ,152 páginas y otros de importancia sobre el canal del Atrato, entre otras importantes obras sobre historia nacional. En este registro documental de principios de siglo jugó un papel fundamental y protagónico la iglesia en todas sus épocas, pero en especial a partir de la creación de la Prefectura Apostólica el 14 de febrero de 1909 y se manifiesta a través de los diferentes informes oficiales que se presentaron al Delegado Apostólico de Colombia en los períodos 1909 - 1910, 1911-1915, informe que el Prefecto Apostólico del Chocó rinde al Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia como presidente de la Junta Arquidiocesana de Misiones 1916 -1918- 1919, al igual que en el libro publicado con motivo de las Bodas de Plata Misionales de la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María en el Chocó 1909-1934 y en la relación de algunas excursiones apostólicas en la misión del Chocó publicado en 1924. Todos dan cuenta de cómo avanza la misión eclesiástica por estos territorios que son narrados descritos en costumbres y hábitos. En 1941 se publica la Geografía ilustrada del Chocó del teniente Jorge Mendoza Nieto, obra premiada en el concurso nacional de Geografía de ese año. En 1943 aparece la Geografía Económica del Chocó, editada por la Contraloría General de la República, siendo el chocoano Sergio Abadía Arango como Contralor General de la nación, el trabajo se inicia una importante cruzada por parte de una comisión de diversas disciplinas del saber, que concluyó en uno de los textos más importantes y completos sobre nuestra historia, con importante información demográfica, hidrografía, recursos naturales, etc. La Geografía Económica redactada por un grupo de expertos que leyeron la región desde su aspecto histórico hasta las proyecciones de desarrollo, es una lectura obligatoria de la realidad del Chocó que aún tiene vigencia. El periodo de la Colonia, sus producciones literarias, crónicas y textos, muchos de ellos inéditos que se depositaron en el Archivo General de la Nacional fueron organizados y objeto de la gran obra “Historia documental del Chocó”, Autor: Ortega Ricaurte, Enrique, con la colaboración de ... Ana Rueda Briceño. [Nota liminar de Guillermo Hernández de Alba. Publicaciones del Departamento de Biblioteca y Archivos Nacionales, Editorial Kelly, 1954 El destacado geógrafo y geólogo norteamericano, profesor de la Universidad de Louisiana Robert West fue uno de los primeros científicos e investigadores que presentó trabajos de manera rigurosa sobre la región del Pacifico, realizados en 1954; con la obra Las tierras Bajas del Pacífico, trabajo que sirvió de discusión y referencia en el Simposio sobre tierras húmedas realizado en Quibdó en 1958. A nivel visual el libro contiene una serie de fotografías de pueblos, ríos, ecosistemas, personas, productos agrícolas, artesanías, transporte, etc., realizadas por él mismo en sus travesías que plasmaron con fidelidad la situación de los pueblos en ese entonces que no dista mucho de la realidad de hoy. Una descripción primera que sobre el Chocó y sus posibilidades de desarrollo a parir de la selva húmeda tropical comienza a estructurarse en el primer Simposio de las Tierras Bajas el primer antecedente, es en el año de 1957 el momento en el que aparece una mirada totalizante desde la geografía y el poblamiento (West,R 1957), a la vez que se inician las investigaciones realizadas por Virginia Gutiérrez que permiten describir la dinámica familiar de las poblaciones negras, por Orlando Fals Borda que hace un somero acercamiento a las características de la vivienda y por Ernesto Guhl con sus descripciones sobre la dinámica del paisaje. Este primer corpus investigativo emerge en oposición al tipo de literatura que sobre la región había dominado durante tres siglos y que tenía su síntesis en las crónicas de viaje, en las narraciones de misioneros y en los documentos oficiales de la corona. Son muchos y diversos los escritores e investigadores que durante este siglo describen y publican diversas obras de carácter literario, cultural, histórico que narran el territorio. A partir de la década del 90, desde la perspectiva de visibilizar la presencia y derechos de las comunidades negras, adquiridas en la constitución del 1991. Las investigaciones que con mayor rigor académico han tenido por objeto de estudio el Chocó en diferentes contextos, miradas y autores pueden dividirse en tres grupos grupos: un primer grupo está compuesto por las investigaciones histórico-geográficas sobre el Chocó como las realizadas por Osías Mosquera Arriaga (ca. 1990), Luis Fernando González Escobar (1997; 2003), Peter Wade (1990, octubre diciembre) o la investigación colectiva realizada por Myriam Jimeno, Marta Lucía Sotomayor y Luz María Valderrama (1995), las cuales presentan un recorrido histórico por las distintas etapas del Chocó desde los tiempos de la colonia hasta distintos momentos del siglo XX. Un segundo grupo está constituido por las investigaciones que han estudiado a Diego Luis Córdoba entre las que se pueden incluir los trabajos de César Rivas Lara (1986), Teresa Martínez de Varela (1987), Erlin Abad Palacios Moreno (1995), César Rivas Lara y Roldán Valencia (1997), Nina de Friedemann (1997) y Jane Rausch (2003). El último grupo lo componen las investigaciones que han abordado el tema de las identidades raciales y las representaciones del Chocó, como es el caso del trabajo de Peter Wade (1997) y el realizado por Alejandro Tobón Restrepo, María Eugenia Londoño Fernández y Jesús Zapata Builes (2006). Estas investigaciones son las que se encuentran más cercanas con la que aquí se presenta, aunque toman rumbos distintos —la existencia simultánea de procesos de discriminación y mestizaje, y las formas de identificación con el Chocó en la obra musical de los hermanos Castro Torrijos. Las investigaciones que sobre las culturas del Chocò , negras e indígenas, permiten hoy hacer una lectura del mundo rural en su organización social, las tecnologías apropiadas a las características del paisaje, las formas de gobierno tradicional, las instituciones que les dan su especificidad, las construcciones simbólicas y los sistemas de representación, en síntesis, el camino recorrido por antropólogos y lingüistas, sociólogos y economistas, historiadores y cronistas, ha permitido ir fraguando un discurso que de modo fragmentario permite formarse una imagen de la sociedad indígena y negra que se asienta en la ribera del río, en la playa, en los confines de la selva chocoana . Los estudios desde la academia sobre las poblaciones negras las habían invisibilizado, como señalaba Nina de Friedemann en 1984, generando una visión fragmentada y distorsionando su aporte cultural en la construcción de la nación. Para la zona norte, investigaciones realizadas en los años ochenta, permiten obtener una imagen bien documentada de la forma como el Atrato se configura en su poblamiento (Valencia,1983,1984; Valencia y Villa, 1992), y en la evolución y conformación de los poblados (Mosquera y Aprile, 1987). En la misma perspectiva se ha de ubicar la investigación sobre el río Baudó (Valencia,1989), donde se explora la historia de su poblamiento y se describe la formación de los asentamientos. El corpus investigativo más importante respecto a esta temática se encuentra en los trabajos de Mosquera y Aprile, que iniciando en el medio Atrato han llegado a realizar una mirada global al Pacífico (Aprile 1991, 1993). Los estudios sobre la religiosidad y la forma como el negro asume la fiesta tienen en Price (1955) el ejercicio inaugural , encuentra la documentación adecuada en la investigación sobre la Virgen de Atocha (Friedemann, 1966), en los trabajos que sobre la fiesta de San Francisco de Asís en Quibdó y sobre fiestas de muertos que publica (Velásquez, 1959, 1961), en el análisis y descripción sobre las fiestas religiosas de la zona central del Chocó realizado por (Villa, 1983,1987), en las elaboraciones sobre la lógica como se ordena el mundo de la calle en la fiesta de San Francisco de Asís (Kazuyasu,1993). Especial referencia para la descripción de la investigación sobre comunidades negras debe tener el conjunto de trabajos realizados por Rogerio Velásquez que permiten conocer de la experiencia cultural en sus fiestas, relaciones con los santos y los muertos, la retención de africanismos, la música y los instrumentos musicales, la medicina tradicional, la historia regional y la descripción de procesos productivos y económicos. El conjunto de investigaciones realizadas por Velásquez, aunque no pretende profundizar en análisis comparativos o constituir una teoría sobre el negro, es importante base empírica. (Velásquez, 1957,1959,1961,1962,1983) La exploración sobre cómo la sociedad negra elabora una representación sobre su territorio y además desarrolla estrategias para su uso tiene en la literatura antropológica aproximaciones diversas, que encuentran una primera lectura en los trabajos de Whitten y Friedemann, que durante muchos años se convierten en obligada referencia para conocer de la identidad del negro (Friedemann,1969,1974). Los estudios que a lo largo de la década de los ochenta se orientan a conocer de la familia y las relaciones sociales (Perea,1987; Arocha, 1986), de las lógicas propias a los sistemas de representación del negro (Losonczy, 1989,1993), de los sistemas productivos ya referenciados en el presente texto, de la manera específica como se decanta una noción de región en la cultura afrochocoana (Villa, 1990) y de un conjunto de monografías que estudiantes realizan como trabajos de grado. La invención del negro como construcción antropológica, realizada en los últimos cincuenta años, documentada por Eduardo Restrepo, enseña según el autor una visión ruralizada de las comunidades negras y sólo a partir de los años noventa se transita a mirar la comunidad en otros contextos (Restrepo, 1997) Una nueva visión aparece a partir de los años noventa momento en el que el ascenso del movimiento social de comunidades negras y su participación en distintos escenarios de debate nacional, llevan a que la mirada sobre la región se intensifique respecto al número de investigaciones y a la calidad de la discusión. Autores como el historiador Sergio Mosquera Córdoba docente de la Universidad Tecnológica del Chocò desarrolla una gran obra en varios volúmenes sobre el proceso de esclavitud en la provincia del Citará y documenta la presencia de grupos africanos en el Chocò. Entre sus publicaciones se encuentran: Don Melchor de Barona y Betancourt y la esclavización en el Chocó; El mondongo: Etnolingüística en la historia afrochocoana; Antropofauna afrochocoana: Un estudio cultural sobre la animalidad; Descendientes de africanos en las independencias; La trata negrera y la esclavización: una perspectiva histórico-psicológica; Negro ni mi caballo: Historia del Racismo en Colombia y Esclavización y Sexualización: Colonialidad en la sexualidad de la gente negra. Importante aporte a este marco ha realizado Néstor Emilio Mosquera Perea historiador y filósofo, en su más reciente trabajo “Nueva historia del Choco: Conflicto y resistencia 1510-1900”, publicada por el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico. De igual importancia sus libros Estrategias étnicas en la Independencia. Amores e hija negra de Bolívar, Claves del pensamiento filosófico, Epistemología e historia de las investigaciones científicas, Epistemología de las ciencias pedagógicas y Diez tesis afrocolombianas e indígenas. Importantes contribuciones a la historia del Choco se han realizado a partir de obras como Chocó 500 años de espera, del periodista antioqueño Roberto Arias Pérez y del periodismo chocoano con el trabajo que realizó el sacerdote y periodista Efraín Gaitán Orjuela director del periódico Presente durante varias décadas y autor de los libros, Rastros y Rostros del Periodismo Chocoano 1519-2000, publicado en el 2004, El Chocó de la A a la Z 2007, Grandes del Choco 2008. Desde la literatura regional no menos importante es la obra costumbrista del escritor y poeta Miguel A Caicedo Mena, quien a través de su obra y desde diferentes géneros literarios cercanos a costumbrismo que van desde el cuento, la novela y la poesía, narrado la historia del Chocó a través de sus libros Chocó Mágico y Folclórico…. Sitial importante ocupan también hombres como Rogerio Velásquez Murillo antropólogo con su obra El Choco en la Independencia de Colombia, entre muchas obras Carlos Arturo Caicedo Licona con la Guerra de Manuel Brico Cuesta, el Chocó por dentro, de la ilustración a la frustración, historia de la ilustración., Porque los negros somos así. LA MIRADA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS Respecto a los pueblos indígenas desde muy temprano existe la preocupación en los cronistas por documentar la vida de los distintos pueblos que ocupaban el territorio que es objeto de conquista por el poder hispano, como de los misioneros que se integraban en labores de evangelización. Durante el siglo XX el corpus investigativo relacionado con los pueblos indígenas del Chocò permite una comprensión en aspectos como el etnohistórico, el lingüístico, la reconstrucción arqueológica, la mitología, la medicina tradicional, los sistemas productivos, el parentesco, el poblamiento, la cultura material, los sistemas de representación, en síntesis, se elabora una mirada que permite conocer sobre las lógicas que determinan la vida cultural de los distintos pueblos. Los estudios sobre la familia Chocó conocen un gran número de trabajos (Pardo,1980), los cuales se pueden agrupar en los estudios de tipo etnohistórico que permiten en la actualidad hacer una lectura de los procesos que determinan el poblamiento actual, la forma como se responde a la presión hispánica y las estrategias de resistencia, el tipo de organización social y las relaciones que se mantienen con los centros de poder (Romoli,1963,1975,1976,1987;Ortega,1947,1954;Isacsson,1973,1975,1976;Vargas,1984,1993). Con la irrupción hacia mediados de siglo de la Antropología como disciplina académica en Colombia y el avance en estudios de corte lingüístico, se inicia el estudio sistemático de las lenguas aborígenes y una primera clasificación respecto a la familia Chocó se descubrirá en los trabajos realizados por Ortiz (1940) y Rivet (1943)), en tanto los misioneros realizan grandes compilaciones de material(Santísimo Sacramento,1936;Pinto,1950) y se profundiza en los estudios morfológicos lectales del Pacífico y se completa el mapa regional (Aguirre,1993;Pardo,1987). Desde temprano la antropología en su forma clásica elabora descripciones etnográficas donde se presenta la cultura material, la organización social, los ritos, la división social del trabajo, las formas de intercambio y en general la cultura como un sistema integrado (Wassen,1988; Reichel Dolmatoff,1960,1963; Pinto 1978, vasco,1985; Pardo,1981; Castrillón,1982). A las descripciones etnográficas sobre estos pueblos se le agrega el voluminoso número de trabajos monográficos, efectuados por el Incora desde 1970, con el objeto de sustentar las constituciones de reservas y resguardos indígenas. El conocimiento sobre la lógica de la cosmovisión indígena, su manera de asumir la experiencia religiosa y el papel del jaibaná, son temas que encuentran su antecedente en los trabajos de Pineda y Gutiérrez (1984), y posteriormente conocen desarrollos importantes en Deluxe (1975,) Vasco (1985,1990), Pardo (1986,1987) y Carmona (1990). Se cuenta por fortuna con una extensa obra literaria documental sobre el Chocó plasmada en archivos, tesis, libros, periódicos, revistas, artículos científicos, informes de gobierno e incluso desde el campo audiovisual y fotográfico que conforman un gran acervo como memoria histórica, insumos fundamentales para la estructuración de un programa educativo para la enseñanza y conocimiento de la historia del Chocó, en diferentes plataformas ambientes virtuales de aprendizaje. Estudios afros Como sea, partiendo de la línea de trabajos que reivindican el papel configurador del negro en la historia de Colombia, es indispensable mencionar la labor pionera de los antropólogos Nina de Friedeman (1930-1998) y Jaime Arocha quienes, a lo largo de varias décadas de trabajo han dado cuenta, entre muchos otros temas, de las raíces africanas, la vida durante la colonia, la adaptación al medio geográfico y las actividades económicas y culturales de los negros del litoral pacífico y de Colombia mediante investigaciones etnográficas e históricas, algunas de ellas presentadas en conjunto. La investigación emblemática de Friedeman inicia con sus viajes a territorio chocoano (Whitten y De 130 Friedemann, 1974).) y se consolida en textos como De sol a sol: génesis, transformación y presencia de los negros en Colombia (Friedeman y Arocha, 1988), el Marco de Referencia histórico-cultural para la ley sobre los derechos étnicos de las comunidades negras en Colombia (Friedeman y Arocha, 1993) y La saga del negro: Presencia Africana en Colombia. (Friedman, 1993). Por su parte, trabajos individuales de Arocha han sido La inclusión de los afrocolombianos ¿Meta inalcanzable? (1998) y Elegguá y el respeto por los afrocolombianos: una experiencia docente con docentes de Bogotá en torno a la Cátedra de Estudios Afrocolombianos (2007). Finalmente, la también extensa obra de Jaime Jaramillo Uribe (1989ª, 1989b, 2001) será trascendental para este proyecto debido a que en varios de sus trabajos estudió diversos aspectos relativos al poblamiento de Chocó, la historia y costumbres de los esclavos y sus amos y la excluyente educación escolarizada. De inicios más recientes, los trabajos de Eduardo Restrepo, Axel Rojas, Martha Luz Machado, Oscar Almario García y Roberto Burgos Cantor exploran desde perspectivas multidisciplinares, cercanas a las posturas poscoloniales y subalternas, además del pasado de los negros colombianos, sus realidades presentes ligadas, entre otros aspectos, a la violencia, el desplazamiento, las expresiones culturales, y la estética. . Algunos de los trabajos de Eduardo Restrepo, quien trabaja desde la perspectiva decolonial y los estudios culturales, son El giro a la biodiversidad en la imaginación del Pacífico colombiano (2013) y las compilaciones junto con Axel Rojas Conflicto e (in)visibilidad: Retos en los estudios de la gente negra en Colombia (2004) y Afrodescendientes en Colombia: una compilación bibliográfica (2008). El trabajo de Axel Rojas y Elizabeth Castillo Educar a los otros: estado, políticas educativas y diferencia cultural en Colombia (2005) es uno de los antecedentes más importantes para el presente proyecto, así como, la compilación de 131 Martha Luz Machado La Diáspora Africana: un legado de resistencia y emancipación (2012) que ofrece, en algunos de los capítulos, apuntes sobre metodologías subalternas. Finalmente; ejemplo de los trabajos de Almario Territorio, identidad, memoria colectiva y movimiento étnico de los grupos negros del Pacífico sur colombiano: Microhistoria y etnografía sobre el río Tapaje (2002) y la compilación Afro-reparaciones: memorias de la esclavitud y justicia reparativa para negros, afrocolombianos y raizales (2007); de Burgos Cantor: Rutas de Libertad. 500 años de travesía (2010). Trabajos historiográficos Estos abarcan las crómicas de los españoles mismos, tales como, las de Fernández de Oviedo (1851); los trabajos historiográficos clásicos sobre la región, como los de Thomas Price (1955), Raichel-Dolmatoff (1960), Whitten y De Friedemann (1974) y Romoli (1987); el monumental Manual de Historia de Colombia dirigido por Jaime Jaramillo Uribe y que contiene capítulos como los de Colmenares (1992) y Palacios (1992) relativos a encuentro entre indígenas, negros y españoles; los estudios de Enriqueta Vila Villar (1977) sobre el comercio de esclavos y su evangelización; los trabajos de Virginia Gutiérrez de Pineda y Roberto Pineda (1999) sobre las prohibiciones de enseñar a 132 escribir y leer a los esclavos; los trabajos de McFarlane (1997) y Jiménez (2004) sobre el poblamiento de región del Baudo por parte de Cimarrones y libertos; los análisis históricos de Leal León (2009) y Hernández Ospina (2006) sobre la explotación territorial y minera por parte de los conquistadores; los trabajos de Colmenares (1979) y Albarracín (2003) sobre el proceso de esclavización en Antioquia y Cauca, que explican el poblamiento negro del Chocó; en fin, una extensa bibliografía que deberá revisarse con la lupa de búsqueda de juegos de poder y saber, en medio de la relación entre las categorías racismo y educación, que nos ofrezca el método. Finalmente, en adición a las fuentes mencionadas, existe un corpus de escritos realizados por autores chocoanos -Vergara-Figueroa (2017) intentó ya hacer una primera compilación de escritos realizados por intelectuales negros- de los cuales son representativos las extensas obras de Juan De Dios Mosquera, de quien aquí ya se citó un texto; Libardo Arriaga Copete; Miguel Ángel Caicedo Mena, quien escribió 25 libros; Sergio Antonio Mosquera; Cesar Rivas Lara y Valentín Moreno Salazar

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